Papá,
cuéntame un cuento,
donde mi alma tenga tu sustento,
libre de miedos y pensamiento.
Papá,
cuéntame un cuento,
donde suene ingenuo sin remordimiento.
Papá,
cuéntame un cuento,
donde no me de miedo el movimiento
donde no atente el vértigo a cada momento,
por pertenecer a una etapa de puro presentimiento.
Papá,
cuéntame un cuento,
enséñame a disfrutar los experimentos,
pertenecer al mundo del sentimiento,
pintar mi alma de tu conocimiento.
Lloro,
porque tú me diste el papel,
el color, el lápiz y la esperanza.
Sonrío,
por poner el motivo,
cultivar mi historia:
la historia que siempre emanará de ti.
Papá,
cuéntame el cuento,
aquél que siempre llevé y llevaré
dentro.
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