Aura
Reducidos a ojos que ven,
siempre anónimos, omniscientes.
Encadenados a las horas muertas,
juegan con dados y azar.
Mientras tanto,
los sueños se muerden las uñas,
dejándose domar por el movimiento,
confiando al "vacío" su espíritu nuclear,
subyacente y detonante.
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