Sincericidio
Y que lo guarde y lo cuide,
que lo sienta y lo sufra,
que lo viva y que arda.
Y que se esfume como el humo
que sin pedirlo, ni negarlo, subyace en mí.
En lo más profundo que creía llamarse Orden,
pero sólo el sincericidio podía recordarle:
eres mi introducción al Caos.
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