Colocón hormonal
Entiendo que nadie me entienda,
porque no me entiendo ni yo...
Y quien no entiende no sabe,
y quien no sabe no pide,
y quien no pide no mama,
y quien no mama es imbécil...
y estira la pata.
No gruño,
ya tocaba,
ya era hora de compadecerse de las cebollas
¡yo también guardo sus secretos!
Y ahora me pregunto,
¿será verdad que los pelirrojos llevan el demonio dentro?
porque creo que ahora lo entiendo...
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